INMEDIATOS VS. DIFERIDOS
Entendemos por implante inmediato aquel que insertamos en el lecho del diente recién extraído. Limpiamos y desinfectamos los alveolos (hueco que deja la raíz que acabamos de extraer) y en ese mismo acto quirúrgico introducimos en la estructura ósea el implante previamente seleccionado mediante una tomografía axial computarizada (TAC). Regeneramos el hueso mediante un injerto generalmente de origen animal acelular (también es posible el uso de hueso del mismo paciente), en las zonas vacías que nos han dejado las raíces dentarias.
La ventaja de este implante respecto a uno diferido (lo cual se produce en más de un 90% de los casos) es el ahorro de tiempo, el ahorro de actos quirúrgicos y, porque no, ahorro económico.
¿Qué es un implante diferido?: aquel que insertamos en la estructura ósea una vez que este se ha regenerado, es decir, al menos 2 o 3 meses después de la extracción del diente.
Uno de los principales problemas de los implantes dentales es el tiempo de espera, entre la inserción del implante y la colocación de la prótesis dental definitiva -corona, dentadura-, que suele ser mínimo de 5 semanas. Durante este período el paciente suele utilizar, habitualmente, una prótesis provisional removible -“de quita y pon”-.
Esta problemática se puede solucionar colocando la prótesis provisional de forma fija en un período de 24h tras la inserción de los implantes, siempre que el caso lo permita y haciendo previamente un estudio detallado de la zona a intervenir. Este procedimiento se llama carga inmediata. De esta forma, evitamos la habitual espera de osteointegración del implante en el hueso aumentando la calidad de vida y recuperando la función y estética en aproximadamente 24 horas tras la cirugía.
Existen muchos tipos de regeneración ósea: las más frecuentes son la elevación de seno maxilar y los injertos óseos.
La elevación de seno maxilar es una de las técnicas más usadas, seguras y estudiadas de regeneración ósea. Esta técnica se usa cuando el paciente no dispone de suficiente volumen y altura ósea en la zona posterior del hueso maxilar (zona de los molares superiores). Consiste en la colocación de biomaterial óseo para ganar el volumen y altura perdidos, permitiendo así, la colocación de los implantes dentales, la mayor parte de las veces en el mismo acto quirúrgico.
La elevación de seno maxilar es una cirugía cómoda y confortable cuya duración no suele sobrepasar la hora. El postoperatorio es suave y la recuperación suele ser de 2-3 días.
Las técnicas de regeneración ósea se utilizan para incrementar las zonas con ausencia o poco hueso para la nueva formación ósea. Este conjunto de técnicas nos permite la posterior colocación de implantes dentales en pacientes que no disponían de una estructura ósea suficientemente sólida.
Existen muchos materiales sustitutivos de hueso conocidos como biomateriales. Los más utilizados son el hueso autólogo (del propio paciente), el hueso de origen animal (xenoinjertos) o el hueso alógeno. Todas las opciones son completamente seguras, con lo cual es imposible la potencial transmisión de cualquier patógeno. Cada biomaterial tiene que estar indicado de forma personalizada según las características de cada caso. El biomaterial se recubre con una membrana reabsorvible de colágeno o de PRF para dejarlo protegido.
Cuando se realiza una técnica de regeneración ósea generalmente se tiene que esperar más tiempo, entre 4 y 6 meses, para que el biomaterial y el implante dental se integren en el hueso. La ventaja es que, en bastantes ocasiones, el implante dental se puede colocar en el mismo acto quirúrgico que la regeneración ósea.
Las cirugías regenerativas no suelen llevar más de 1 hora y la recuperación suele ser rápida (2-4 días). Se realiza bajo anestesia local y, en ocasiones, se complementa con sedación consciente.